LA ÉTICA EMPRESARIA EN LAS PYME
En la terminología empresaria empezó a
cobrar fuerza inusitada la re petición de la sigla PYME, que
significa Pequeñas y Medianas Empresas.
Hasta hace poco tiempo era bastante
frecuente oír hablar del patrón que manejaba un pequeño
negocio, pero en la actualidad el término negocio está
referido a una actividad más bien de tipo comercial o
especulativo que a un agente económico con finalidad de
supervivencia y no de transitoriedad, y así comenzó por
extensión a denominarse empresa y, por consiguiente,
desapareció la denominación de patrón y fue reemplazada por
la de empresario. Así comenzaron a surgir las Pyrne, que es
un conjunto de empresas que tienen en común determinados
elementos por los cuales su agrupación tiene una entidad
definida.
No se las puede categorizar ni por la
cantidad de personas que las integran, ni por el número de
establecimientos que posean, sino más bien pe su estructura.
Toda empresa moderna está dividida en
tres tipos de acciones que desempeñan sus integrantes. Una
función de planeamiento y organización, otra de dirección y
una tercera de ejecución. Estas funciones pueden ser
asumidas por personas o por equipos de personas, de acuerdo
a las necesidades.
Una de las características
diferenciadas de las Pyme es que estas funciones
generalmente están desempeñadas por personas. Desde la
pequeña, en la que las tres pueden ser asumidas por una sola
persona, hasta las medianas en que las funciones pueden ser
ejercidas por una o dos personas, ejerciendo alguna de ellas
por su especialización más de una función.
Estas empresas son las que ocupan la
mayoría de la mano de obra empleada y representan una
porción significativa del producto industrial. No tienen un
sector de actividad definido y pueden realizar cualquiera de
ellas, sea en el sector de la producción y comercialización
tanto de bienes como de servicios.
Prácticamente tan diseminadas por todo
el país y gremialmente re presentan a la mayoría del
empresariado del interior.
Finalizada esta sintética
caracterización de las Pyme, vamos a entrar en la
consideración de los problemas éticos que se le presentan a
sus empresarios.
En primer lugar, digamos que es de
aplicación todo lo comentado en el capítulo anterior en
cuanto se relaciona con el comportamiento personal del
empresario. Pero además presentan otras particularidades que
vamos a analizar.
El nacimiento de una Pyme es, en la mayoría de los casos, la realización de un "pionero". Esto determina que generalmente la conducción empresaria sea autocrática, con muy escaso nivel de participación, y por eso no se tienen en cuenta las consecuencias que las decisiones que se toman puedan tener sobre terceros, Es muy difícil que aquel que posee el dominio por ser el propietario no actúe como dueño y amo absoluto. Este es uno de los problemas básicos con que se enfrentan las Pyme en relación con la ética.
Encarar un proceso de cambio en tiempo
de éxito es prácticamente Imposible: quién se anima a
convencer a un empresario exitoso de que debe modificar sus
actitudes? Solamente lo admitirá en tiempo de crisis. La
mayoría de sus dirigentes son hombres de mucho trabajo y de
gran experiencia que, con denodado esfuerzo, han llegado a
la posición que hoy ocupan, por lo tanto, reacios a aceptar
los recursos que les brindan las ciencias del comportamiento
humano en el área de las relaciones y de las comunicaciones.
Como su conducción está basada en un liderazgo personal, es
muy difícil que acepte compartir la conducción y, por lo
tanto, que se preocupe por los daños que sus actitudes
pueden causar a otros. El tipo de conducción es
paternalista, esto que podría ser considerado un grave
defecto presenta, sin embargo, una serie de virtudes.
El afecto y el cariño que siente por
los que colaboran con él, hace que uno de sus rasgos
virtuosos sea el agradecimiento, y esto hace que muchas
veces la conducción de la empresa sea más afectiva que
racional.
En esa conducción espontánea se valora
mucho la lealtad y la confianza, a la par que se reprueba
hasta con gestos violentos el fraude y el engaño.
Muchas veces esto origina problemas de
caudillismo y de camarillas que pueden afectar la
productividad de la empresa.
Por lo hasta aquí expuesto vemos que el
tema presenta luces y sombras y que los matices son los que
permiten augurar que la introducción de la ética en este
tipo de empresas no es un imposible, siempre que se
consideren en primer lugar las pautas culturales del
empresario.
El material humano es receptivo en la
medida en que no se le presente como un hecho abstracto, ya
que existe un rechazo natural hacia todo lo que se considera
"teórico", por lo tanto los pasos deben ser muy medidos y
los cambios que se provoquen nada espectaculares.
Tenemos una serie de objetivos a
alcanzar mediante procedimientos escalonados, haciendo
hincapié en las actitudes positivas que se producen y
poniendo de relieve las mismas, transmitiendo todo ese
bagaje de sentimientos, emociones y costumbres a todos los
que cotidianamente colaboran en la realización de la tarea
diaria.
Habrá que tener en consideración las
condiciones naturales y experiencia para basar sobre ellas
la formación ética profesional. No cabe duda que se
mantiene una gran influencia sobre la vida diaria de otros,
sus colaboradores, que también repercuten en su vida
familiar.
LA ÉTICA EN LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS
Si bien la sociedad anónima no es más
que una forma jurídica de organización empresaria, la
característica de tener establecida una clara diferenciación
entre los aportantes del capital y los que dirigen la
empresa, aunque el tamaño de ésta sea mediano, le da una
fisonomía particular que debe ser analizada en forma
independiente.
Como no es de nuestra incumbencia
dejamos de lado todo lo relacionado con la naturaleza
jurídica de las sociedades anónimas, y nos referiremos
exclusivamente a lo relacionado en nuestro objetivo, la
ética.
LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
Una sociedad anónima no es ni más ni menos que una sociedad de responsabilidad limitada a la aportación de capital de los socios, especificada en acciones, las cuales no son sino los documentos que constatan los aportes realizados por los socios.
Características principales:
- Forma de sociedad que funciona con capital propio aportado por los socios en dinero o en bienes.
- Impersonalidad de la sociedad.
- Limitación de la responsabilidad,
Hoy en día la forma de sociedad anónima
está caracterizada por una perfectísima democratización en
la teoría del derecho, aun cuando en la práctica la realidad
es muy distinta.
Esta democratización ha traído a las
sociedades anónimas muchas con- secuencias, de las cuales
vamos a señalar las siguientes:
- Oposición de intereses de algunos grupos de accionistas entre sí, oposición manifestada sobre todo en las asambleas, en peticiones de dividendos, aplicaciones de capital, financiación de otras empresas, etcétera.
- Olvido y abandono de los derechos, unas veces por imposibilidad o por otras razones de los pequeños accionistas que juntos, pues den representar una gran parte del capital social y, como consecuencia, predominio real y efectivo de los grandes accionistas sobre los pequeños en la marcha de la sociedad,
- Predominio del régimen de mayoría absoluta y desaparición total y absoluta de la minoría aunque esta pueda representar el 49 %.
- Tránsito de gobierno de unas manos a otras y a veces, por lo mismo, cambio de orientación social operado por una simple compra de acciones.
- Desaparición o cesación de la vida de la sociedad por resolución de una mayoría.
- Predominio del interés privado de la sociedad sobre todo otro interés público del bien social que puede exigir un cambio de orientación o una limitación de la actividad de la empresa.
Para remedio de todos estos males se
han ideado multitud de modificaciones de la vida democrática
de la sociedad anónima. Ya que estos in convenientes no van
a desaparecer habrá que buscar por lo menos la forma de
aminorarlos.
El arma principal que tienen los
accionistas es el voto, por él pueden intervenir en el
gobierno de la sociedad. La pregunta que surge ahora es: el
voto un derecho o un deber? Vamos a la respuesta.
Nadie niega que es un derecho que
ejerce el accionista, pero ¿por qué no considerarlo también
un deber?
El accionista no es más que un
participante en una sociedad a la que lo une el hecho del
capital aportado y, a su vez, los riesgos que asume por la
inversión realizada Si consideramos que el voto del
accionista es un deber y éste y el deber están ligados a la
colaboración del bien común de la sociedad, nunca el
accionista puede dar su voto para un provecho propio o
ajeno, totalmente distinto del bien de la sociedad.
La aplicación de casos es enorme,
votar: compra de materias primas, aplicación de tarifas de
transportes, fijación de precios y cualquier otra cuestión
de modo que perjudique a la sociedad, pero que beneficie al
votante que está ligado a otra sociedad productora de
materias primas, etcétera.
Tal voto es inmoral porque es injusto
para la sociedad. Qué decir de aquellos bancos que
recogiendo los votos de muchos accionistas depositantes de
acciones, concurren a una asamblea con representación de
miles de acciones ajenas, sin tener acaso una sola acción en
la sociedad. Toda disociación del riesgo y del voto no es
ética.
Aparecen toda una serie de
comportamientos que reclaman una urgente rectificación si
pretendemos correr por andariveles de la ética,
Nos limitaremos a señalar algunos por ser los más conocidos y, por lo tanto, los más fáciles de identificar:
- La multiplicación de las acciones al portador abre un camino a la especulación, que son aquellos que en los mercados de valores compran y venden gran cantidad de acciones, sin saber siquiera la actividad a que se dedica la empresa, quienes son sus dirigentes, etc.. trastocando así la esencia de los mercados de valores, que de fuentes de recolección de capitales se transforman en meros antros especulativos
- Como puede existir el mismo amor a la sociedad en aquel que compró una con el fin de aportar un capital, que aquel que la posee recientemente y por un corto lapso de tiempo con una finalidad meramente especulativa.
Otro cuestionamiento es la
circunstancia de que los directores puedan ver revocados sus
mandatos por el simple hecho de que una mayoría en la
asamblea ha dispuesto realizarlo. El número de votos, es
decir el de acciones, así lo dispone. La dependencia de un
director del capital es la sumisión de la persona al
capital.
En estos casos, como en la mayoría, no
existe el respeto al bien común societario, sino la
conveniencia propia.
DEBERES DE LOS ACCIONISTAS
Los accionistas tienen deberes que cumplir en las sociedades anónimas. El accionista es dueño y tiene, por lo tanto, que cumplir todas las obligaciones que tal condición le impone, salvo los límites que le obliga la legislación positiva.
En un principio debería cumplir con
todos los deberes que impone su condición de propietario,
como si la empresa fuera propia o formara par te de una
sociedad. Ello hace suyo el quehacer de la empresa y
preocuparse por su accionar, por las condiciones de sus
trabajadores y salarios y por las operaciones que encara o
piensa la empresa, por el cumplimiento de las obligaciones
previsionales y fiscales, etc.
Debe Interesarse por todas las cuestiones de justicia que se
presenten en la empresa ascensos o despidos injustos,
comisiones ilícitas o injustas, intervención en toda clase
de trampas en contratos o compras, en una palabra en todo lo
que sea para el bien de la empresa y la moralidad pública,
que así como se resiente de esta falta se enaltece con las
virtudes opuestas.
La obligación del accionista será mayor
cuanto mayor sea la participación en el capital empresario,
y cuantos mayores medios concedan los estatutos a los
accionistas para el cumplimiento de sus derechos.
En la práctica, la intervención de los
accionistas queda limitada a la participación en la Asamblea
General y la revisión del balance pocos días antes de su
realización; la realidad del ejercicio del derecho es muy
pequeña o casi inexistente.
Es muy triste que toda la realidad de
la marcha de una sociedad anónima, a veces con un capital de
muchos millones, se vea reflejada en una escueta Memoria
elegantemente presentada, de diez o veinte páginas y a veces
se esboza en un somerísimo balance y se aprueba con un voto
de gracia a los directores si hubo ganancia.
LOS DIRECTORES DE LAS SOCIEDADES ANONIMAS
Los que aparecen dotados de mayores
derechos pero también de mayores obligaciones son los
directores.
Ellos son a la vez codueños y
administradores y por ambos les toca muy de cerca la gestión
justa y la retribución por ella.
Desde luego la obligación del director,
dentro de sus atribuciones, es norme en relación con todos
los aspectos de la justicia dentro de la empresa, y sobre
todo en los representados por el elemento hombre, que es e
ordinario el más descuidado por los directores.
El primer deber del director es mirar
por el bienestar del trabajador y segundo el bien de los
clientes, en cuanto a suministros, precios, calidades, etc,
y el tercero el de los socios y accionistas de la empresa.
En la práctica el orden de las preocupaciones que hemos
señalado se invierte, y generalmente la preocupación mayor
se vuelca hacia los accionistas, en la búsqueda del voto de
éstos que les permita seguir gozando de los privilegios que
le otorga su condición de directores.
Descargar en un gerente toda la gestión
de personal y de clientes y consagrarse únicamente a las
tareas de administración productiva y financiera y
crediticia, es una grave falta ética de los directores.
Y tanto más cuanto en el anonimato del
Directorio se ocultan muchas cosas, ya que a veces los
gerentes se defienden con el Directorio y éste con los
gerentes. Este proceder es francamente inmoral.
Cada cual ha de asumir la
responsabilidad que le atañe, y no es lícito cargar
únicamente con las ventajas de director y dejar a un lado
las responsabilidades del Directorio.
La segunda obligación que tiene el Directorio es la de
estudiar concienzudamente los asuntos que tiene a su cargo
en la dirección de la empresa.
Los asuntos son en general muy graves:
afectan, o pueden afectar, no sólo a los socios, sino
también acaso a terceros o a los subordinados, y no pocas
veces el pecado de omisión forma parte del comportamiento no
ético de un director.
Porque el pecado de omisión consiste en
la falta de cumplimiento fiel de la responsabilidad que le
han delegado quienes lo votaron, y esta misión no se puede
cumplir si no se estudian con diligencia y esmero los
asuntos que le han sido confiados, en razón de que los
mismos, por su importancia, de no ser resueltos eficazmente
pueden ocasionar daños muy graves.
Sería muy justa una ley que limitara
las posibilidades de ser director de varias sociedades
anónimas simultáneamente, a fin de que estuvieran en
condiciones de estudiar todos los asuntos detenidamente a
los efectos de darle, a cada uno, la solución adecuada.
Y el pecado de omisión se junta a otro
de comisión, cuando un director además de la falta de
estudio de los asuntos, percibe cualquier tipo de
remuneración al margen de los honorarios que le haya fijado
la Asamblea. Lógicamente ha de entenderse que el voto de un
Director no es la prolongación del voto del Presidente o de
un gerente, sino que es una decisión propia tomada con toda
responsabilidad en forma independiente y posterior al
estudio de cada uno de los asuntos proceder de otra manera y
votar por sugerencia o por simpatía significa una falta
total de ética en tal comportamiento.
Lo mismo que el trabajador que cobra
sin prestar su servicio, el director que cobra los
honorarios irresponsablemente sin cumplir con las funciones
que tiene asignadas, defrauda a la empresa.
También ha de entenderse que si carece
de idoneidad técnica para el desempeño de sus funciones y no
está en condiciones de adquirirla, debe renunciar a su
cargo, para evitar males mayores que dañen no solo a la
empresa sino a la comunidad toda, con su Ineficiencia. Es
por eso que se deben integrar los directorios con personas
competentes, y no nombrar directores por razones de amistad,
por lazos familiares o de compañerismo o por razones
ideológicas o de cualquier otra naturaleza. De este tema nos
vamos a ocupar a continuación.
LA ETICA EN LAS EMPRESAS FAMILIARES
Es un tipo de empresa muy peculiar, se trata generalmente de
un pionero que al expandirse la empresa que creó, y a los
efectos de seguir manteniendo su control sobre ella, integró
su familia a la misma con todas las virtualidades y los
problemas que significa incorporar una célula básica de la
sociedad, como es la familia, a la actividad económica.
En el orden ético se presentan situaciones propias, producto
de que la conducción es ejercida por un clan familiar,
cerrado el acceso a cualquier persona ajena al mismo.
La familia antes que nada, es el grupo que le infunde su
espíritu y al desplegarse a una actividad productiva la
cualifica de modo evidente.
Muchas veces se origina un problema en los integrantes de la
empresa que ven sus posibilidades de promoción por el
“techo” que supone el no pertenecer al clan familiar, ya que
los integrantes de la familia no se resignan a abandonar los
puestos directivos forzando situaciones incorrectas e
improductivas.
Además, crea el problema de las “lealtades” no a la
empresa, sino a los integrantes de la familia, con las
consiguientes intrigas que lo único que logran en un
verdadero derroche de energía. Donde se pone el acento en
“quedar bien con fulano” que en hacer una tarea
verdaderamente eficaz, originando inseguridades,
infidelidades, falta de seguridad y de rendimiento.
También existen problemas dentro del mismo cuerpo directivo
familiar, cuando aparecen integrantes de nuevas generaciones
que dotados de competencia profesional, pretenden ocupar los
puestos más importantes, cosa que es resistida tenazmente
por quienes lo detentan. Otras veces estos elementos
desplazados se dedican a actividades improductivas como:
gestiones, relaciones públicas, etc., rodeándolas de
dificultades inferiores a las reales, originando
hipertrofias administrativas, al desprestigiar a personas
valiosas que podrían ser competitivas para su puesto e
impiden la única solución apta: el nombramiento de
directivos capaces.
La solución a estos problemas podría ser que la familia
renunciase a la dirección y se nombrara un director
profesional, Asignando una renta a cada uno de los elementos
que integran la familia.
Como elemento positivo la empresa familiar hace crecer la
unión y la inteligencia por la actividad común, por el
acuerdo y por la estima.
Considerada política y socialmente, la empresa familiar se
deberá encuadrar dentro del tipo de empresa que necesita
asistencia técnica, capacitación profesional directiva,
orden profesional y ser respaldada por una política
económica que les permita su desarrollo y crecimiento.
LA ÉTICA DE LAS MULTINACIONALES
Una multinacional es un conjunto de empresas que funcionan
al mismo tiempo en varios países, y por lo tanto bajo
distintas leyes y jurisdicciones nacionales, pero unidas por
un lazo de control vertical entre la sociedad matriz y sus
filiales, que se expresan por lo general a través del
capital accionario.
Es una empresa que descentraliza en forma internacional gran
parte de su actividad, tanto en lo que se refiere a los
países en que opera como al tipo de actividades que encara;
de ésta suele depender la estabilidad y el crecimiento de
toda la empresa y actúan con base de una estrategia global
considerando al mundo como un solo mercado.
La estructura de estas empresas en el mundo es regulada por
un grupo de firmas, que se reparten el poder de
modificarlas, fijar los precios y determinar las ganancias.
Este proceso de integración se logra a través de varios
mecanismos, como puede ser: la fusión, absorción de empresas
ya instaladas y por la diversificación de la actividad de
las empresas más grandes, cuyo principal objetivo parece ser
la dispersión del factor riesgo.
Elementos positivos y negativos de las multinacionales
Factores positivos:
- Crean producción y empleos nuevos, traen capitales que antes no existían, tecnología y capacitación profesional.
- La nueva producción es un elemento básico de la política de sustitución de importaciones y crea posibilidades de exportaciones no tradicionales con alto valor agregado, lo que mejora sensiblemente la balanza de pagos.
- Desarrollan investigaciones y productos de alta tecnología que los países no estarían en condiciones de encarar.
- Proveen una fuente suplementaria de capital al facilitar a los países obtener créditos internacionales, al que no podrían acceder las empresas locales.
- La competitividad de su presencia estimula a la industria local a mejorar los métodos de producción, la calidad de los productos y la eficiencia administrativa.
- Proveen de una importante fuente de ingreso al capital social nacional, mediante el pago de impuestos y contribuciones.
- Es la mejor barrera contra el proteccionismo y su presencia es elemento decisivo para la apertura de la economía y la inserción en los mercados internacionales.
Factores negativos:
- Estimula mayores expectativas de consumo, que los países la mayoría de las veces no pueden afrontar (televisores, computadoras, etc.)
- Constituyen un fuerte drenaje de divisas a través de la remisión a sus sedes de utilidades, royalties, etc., que superan rápidamente las inversiones iniciales y las reinversiones posteriores.
- La tecnología que traen muchas veces inadecuada por su sofisticación a las exigencias del mercado local, son causa de inhibición para el desarrollo de una tecnología local más adecuada a las necesidades del país.
- Impiden el acceso de la industria nacional a los mercados internacionales de crédito por ser dominados por ellos y, en el orden local, su requisitoria de préstamos en el mercado local agota las posibilidades de las empresas nacionales.
- Son una amenaza constante hacia la Pyme, ya que por su poderío económico en competencia desleal fuerzan a estos empresarios a vender sus empresas.
- Dificultan la real dimensión de sus ganancias al ocultarlas tras las transferencias entre las distintas filiales, perjudicando de esa manera al físico y, por ende, al erario nacional.
- Las restricciones por la protección de los mercados, cierran las posibilidades de exportación a las industrias locales.
Es evidente que todos estos comportamientos que son atentados contra el bien común, no son sino provocadores de injusticias sociales que pueden determinar una explosión social, que sin juzgar intenciones no sabemos si aquí no hay oculto un objetivo, que responde a una determinada ideología y su intención de imponerla universalmente a través de la actividad empresarial.
EL SUPERCAPITALISMO
La base del supercapitalismo la determina primordialmente la
gran concentración de capitales.
El mal de esta concentración no está tanto en la agrupación
de capitales, cuanto en la concentración de la gestión. De
tal modo que se da el caso de que muchos capitalistas por
tener sus inversiones diseminadas en múltiples empresas y no
tener predominio en ninguna de ellas, no puede gozar de la
fruición del mando. En cambio, alguien Con poco capital pero
con competencia de la gestión empresarial, accediendo a un
Directorio si puede deleitarse mandando.
Estas concentraciones de capitales, conducen a las uniones
correctas e incorrectas de sociedades permitidas por el
régimen de las sociedades anónimas bajo el cual se organizan
en su mayoría. Así aparecen los trust, los holdings, los
cartells, las integraciones verticales y horizontales,
etc., originando concentraciones de poder que en la mayoría
de los casos son atentatorias contra el bien común.
La colectivización tecnocrática que pueden originar, y de
hecho han originado, la transferencia de los medios de
producción a organizaciones anónimas colectivas, el repetido
hecho de la separación de la propiedad, poder y
responsabilidad, la esfumación de la propiedad en su
concepción ética, unido a las distorsiones inflacionarias y
bolsísticas originadas por las concentraciones mencionadas,
la evasión fiscal y, finalmente, la proletarización a que
todo esto da lugar, afectan la obtención de los fines
permanentes que debe lograr la sociedad.
Toda concentración económica tiene a menudo sus ventajas y
unida a estas, lógicamente, sus desventajas. Lo que encierra
sobre todo son enormes peligros en cuanto a su accionar
ético.
VENTAJAS:
- La mayor facilidad que estas concentraciones brindan para adecuar la producción al consumo.
- La facilidad para las relaciones entre industrias análogas.
- El intercambio de patentes y desarrollo tecnológico
- Reducción de gastos en la búsqueda de nuevos mercados
- Mejoras de las relaciones con los productores de materias primas.
- Posibilidades de evitar concurrencias desleales.
DESVENTAJAS:
- Aumento desmedido del poder personal
Aumento de ese poder personal no sólo en el campo de los negocios sino también en el campo de la política
Extensión del poder al área internacional
CONCLUSIÓN
La radiografía más descarnada de la sociedad actual nos
muestra que el elemento más negativo es el empobrecimiento
de los valores. Por ello hay que volver a restituir o, mejor
dicho, a enriquecer a la sociedad con elementos como:
concepción moral del hombre, de las estructuras económicas y
de la realidad socio-económica, formando una conciencia que
dignifique la actividad empresarial.
La empresa debe ser una realización humana, una comunidad
de personas, construida a la medida del hombre y para
servicio del hombre.