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Lectura N° 7

LA ÉTICA Y LAS RELACIONES DE EMPRESAS

 

LA ÉTICA EMPRESARIA EN LAS PYME

En la terminología empresaria empezó a cobrar fuerza inusitada la re petición de la sigla PYME, que significa Pequeñas y Medianas Empresas.
Hasta hace poco tiempo era bastante frecuente oír hablar del patrón que manejaba un pequeño negocio, pero en la actualidad el término negocio está referido a una actividad más bien de tipo comercial o especulativo que a un agente económico con finalidad de supervivencia y no de transitoriedad, y así comenzó por extensión a denominarse empresa y, por consiguiente, desapareció la denominación de patrón y fue reemplazada por la de empresario. Así comenzaron a surgir las Pyrne, que es un conjunto de empresas que tienen en común determinados elementos por los cuales su agrupación tiene una entidad definida.
No se las puede categorizar ni por la cantidad de personas que las integran, ni por el número de establecimientos que posean, sino más bien pe su estructura.
Toda empresa moderna está dividida en tres tipos de acciones que desempeñan sus integrantes. Una función de planeamiento y organización, otra de dirección y una tercera de ejecución. Estas funciones pueden ser asumidas por personas o por equipos de personas, de acuerdo a las necesidades.
Una de las características diferenciadas de las Pyme es que estas funciones generalmente están desempeñadas por personas. Desde la pequeña, en la que las tres pueden ser asumidas por una sola persona, hasta las medianas en que las funciones pueden ser ejercidas por una o dos personas, ejerciendo alguna de ellas por su especialización más de una función.
Estas empresas son las que ocupan la mayoría de la mano de obra empleada y representan una porción significativa del producto industrial. No tienen un sector de actividad definido y pueden realizar cualquiera de ellas, sea en el sector de la producción y comercialización tanto de bienes como de servicios.
Prácticamente tan diseminadas por todo el país y gremialmente re presentan a la mayoría del empresariado del interior.
Finalizada esta sintética caracterización de las Pyme, vamos a entrar en la consideración de los problemas éticos que se le presentan a sus empresarios.
En primer lugar, digamos que es de aplicación todo lo comentado en el capítulo anterior en cuanto se relaciona con el comportamiento personal del empresario. Pero además presentan otras particularidades que vamos a analizar.

El nacimiento de una Pyme es, en la mayoría de los casos, la realización de un "pionero". Esto determina que generalmente la conducción empresaria sea autocrática, con muy escaso nivel de participación, y por eso no se tienen en cuenta las consecuencias que las decisiones que se toman puedan tener sobre terceros, Es muy difícil que aquel que posee el dominio por ser el propietario no actúe como dueño y amo absoluto. Este es uno de los problemas básicos con que se enfrentan las Pyme en relación con la ética.

Encarar un proceso de cambio en tiempo de éxito es prácticamente Imposible: quién se anima a convencer a un empresario exitoso de que debe modificar sus actitudes? Solamente lo admitirá en tiempo de crisis. La mayoría de sus dirigentes son hombres de mucho trabajo y de gran experiencia que, con denodado esfuerzo, han llegado a la posición que hoy ocupan, por lo tanto, reacios a aceptar los recursos que les brindan las ciencias del comportamiento humano en el área de las relaciones y de las comunicaciones. Como su conducción está basada en un liderazgo personal, es muy difícil que acepte compartir la conducción y, por lo tanto, que se preocupe por los daños que sus actitudes pueden causar a otros. El tipo de conducción es paternalista, esto que podría ser considerado un grave defecto presenta, sin embargo, una serie de virtudes.
El afecto y el cariño que siente por los que colaboran con él, hace que uno de sus rasgos virtuosos sea el agradecimiento, y esto hace que muchas veces la conducción de la empresa sea más afectiva que racional.
En esa conducción espontánea se valora mucho la lealtad y la confianza, a la par que se reprueba hasta con gestos violentos el fraude y el engaño.
Muchas veces esto origina problemas de caudillismo y de camarillas que pueden afectar la productividad de la empresa.
Por lo hasta aquí expuesto vemos que el tema presenta luces y sombras y que los matices son los que permiten augurar que la introducción de la ética en este tipo de empresas no es un imposible, siempre que se consideren en primer lugar las pautas culturales del empresario.
El material humano es receptivo en la medida en que no se le presente como un hecho abstracto, ya que existe un rechazo natural hacia todo lo que se considera "teórico", por lo tanto los pasos deben ser muy medidos y los cambios que se provoquen nada espectaculares.
Tenemos una serie de objetivos a alcanzar mediante procedimientos escalonados, haciendo hincapié en las actitudes positivas que se producen y poniendo de relieve las mismas, transmitiendo todo ese bagaje de sentimientos, emociones y costumbres a todos los que cotidianamente colaboran en la realización de la tarea diaria.
Habrá que tener en consideración las condiciones naturales y experiencia para basar sobre ellas la formación ética profesional. No cabe duda que se mantiene una gran influencia sobre la vida diaria de otros, sus colaboradores, que también repercuten en su vida familiar.

 

LA ÉTICA EN LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS

Si bien la sociedad anónima no es más que una forma jurídica de organización empresaria, la característica de tener establecida una clara diferenciación entre los aportantes del capital y los que dirigen la empresa, aunque el tamaño de ésta sea mediano, le da una fisonomía particular que debe ser analizada en forma independiente.
Como no es de nuestra incumbencia dejamos de lado todo lo relacionado con la naturaleza jurídica de las sociedades anónimas, y nos referiremos exclusivamente a lo relacionado en nuestro objetivo, la ética.

 

LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Una sociedad anónima no es ni más ni menos que una sociedad de responsabilidad limitada a la aportación de capital de los socios, especificada en acciones, las cuales no son sino los documentos que constatan los aportes realizados por los socios.

Características principales:

- Forma de sociedad que funciona con capital propio aportado por los socios en dinero o en bienes.

- Impersonalidad de la sociedad.

- Limitación de la responsabilidad,

Hoy en día la forma de sociedad anónima está caracterizada por una perfectísima democratización en la teoría del derecho, aun cuando en la práctica la realidad es muy distinta.
Esta democratización ha traído a las sociedades anónimas muchas con- secuencias, de las cuales vamos a señalar las siguientes:

- Oposición de intereses de algunos grupos de accionistas entre sí, oposición manifestada sobre todo en las asambleas, en peticiones de dividendos, aplicaciones de capital, financiación de otras empresas, etcétera.

- Olvido y abandono de los derechos, unas veces por imposibilidad o por otras razones de los pequeños accionistas que juntos, pues den representar una gran parte del capital social y, como consecuencia, predominio real y efectivo de los grandes accionistas sobre los pequeños en la marcha de la sociedad,

- Predominio del régimen de mayoría absoluta y desaparición total y absoluta de la minoría aunque esta pueda representar el 49 %.

- Tránsito de gobierno de unas manos a otras y a veces, por lo mismo, cambio de orientación social operado por una simple compra de acciones.

- Desaparición o cesación de la vida de la sociedad por resolución de una mayoría.

- Predominio del interés privado de la sociedad sobre todo otro interés público del bien social que puede exigir un cambio de orientación o una limitación de la actividad de la empresa.

Para remedio de todos estos males se han ideado multitud de modificaciones de la vida democrática de la sociedad anónima. Ya que estos in convenientes no van a desaparecer habrá que buscar por lo menos la forma de aminorarlos.
El arma principal que tienen los accionistas es el voto, por él pueden intervenir en el gobierno de la sociedad. La pregunta que surge ahora es: el voto un derecho o un deber? Vamos a la respuesta.
Nadie niega que es un derecho que ejerce el accionista, pero ¿por qué no considerarlo también un deber?
El accionista no es más que un participante en una sociedad a la que lo une el hecho del capital aportado y, a su vez, los riesgos que asume por la inversión realizada Si consideramos que el voto del accionista es un deber y éste y el deber están ligados a la colaboración del bien común de la sociedad, nunca el accionista puede dar su voto para un provecho propio o ajeno, totalmente distinto del bien de la sociedad.
La aplicación de casos es enorme, votar: compra de materias primas, aplicación de tarifas de transportes, fijación de precios y cualquier otra cuestión de modo que perjudique a la sociedad, pero que beneficie al votante que está ligado a otra sociedad productora de materias primas, etcétera.
Tal voto es inmoral porque es injusto para la sociedad. Qué decir de aquellos bancos que recogiendo los votos de muchos accionistas depositantes de acciones, concurren a una asamblea con representación de miles de acciones ajenas, sin tener acaso una sola acción en la sociedad. Toda disociación del riesgo y del voto no es ética.
Aparecen toda una serie de comportamientos que reclaman una urgente rectificación si pretendemos correr por andariveles de la ética,

Nos limitaremos a señalar algunos por ser los más conocidos y, por lo tanto, los más fáciles de identificar:

- La multiplicación de las acciones al portador abre un camino a la especulación, que son aquellos que en los mercados de valores compran y venden gran cantidad de acciones, sin saber siquiera la actividad a que se dedica la empresa, quienes son sus dirigentes, etc.. trastocando así la esencia de los mercados de valores, que de fuentes de recolección de capitales se transforman en meros antros especulativos

- Como puede existir el mismo amor a la sociedad en aquel que compró una con el fin de aportar un capital, que aquel que la posee recientemente y por un corto lapso de tiempo con una finalidad meramente especulativa.

Otro cuestionamiento es la circunstancia de que los directores puedan ver revocados sus mandatos por el simple hecho de que una mayoría en la asamblea ha dispuesto realizarlo. El número de votos, es decir el de acciones, así lo dispone. La dependencia de un director del capital es la sumisión de la persona al capital.
En estos casos, como en la mayoría, no existe el respeto al bien común societario, sino la conveniencia propia.

 

DEBERES DE LOS ACCIONISTAS

Los accionistas tienen deberes que cumplir en las sociedades anónimas. El accionista es dueño y tiene, por lo tanto, que cumplir todas las obligaciones que tal condición le impone, salvo los límites que le obliga la legislación positiva.

En un principio debería cumplir con todos los deberes que impone su condición de propietario, como si la empresa fuera propia o formara par te de una sociedad. Ello hace suyo el quehacer de la empresa y preocuparse por su accionar, por las condiciones de sus trabajadores y salarios y por las operaciones que encara o piensa la empresa, por el cumplimiento de las obligaciones previsionales y fiscales, etc.
Debe Interesarse por todas las cuestiones de justicia que se presenten en la empresa ascensos o despidos injustos, comisiones ilícitas o injustas, intervención en toda clase de trampas en contratos o compras, en una palabra en todo lo que sea para el bien de la empresa y la moralidad pública, que así como se resiente de esta falta se enaltece con las virtudes opuestas.
La obligación del accionista será mayor cuanto mayor sea la participación en el capital empresario, y cuantos mayores medios concedan los estatutos a los accionistas para el cumplimiento de sus derechos.
En la práctica, la intervención de los accionistas queda limitada a la participación en la Asamblea General y la revisión del balance pocos días antes de su realización; la realidad del ejercicio del derecho es muy pequeña o casi inexistente.
Es muy triste que toda la realidad de la marcha de una sociedad anónima, a veces con un capital de muchos millones, se vea reflejada en una escueta Memoria elegantemente presentada, de diez o veinte páginas y a veces se esboza en un somerísimo balance y se aprueba con un voto de gracia a los directores si hubo ganancia.

 

LOS DIRECTORES DE LAS SOCIEDADES ANONIMAS

Los que aparecen dotados de mayores derechos pero también de mayores obligaciones son los directores.
Ellos son a la vez codueños y administradores y por ambos les toca muy de cerca la gestión justa y la retribución por ella.
Desde luego la obligación del director, dentro de sus atribuciones, es norme en relación con todos los aspectos de la justicia dentro de la empresa, y sobre todo en los representados por el elemento hombre, que es e ordinario el más descuidado por los directores.
El primer deber del director es mirar por el bienestar del trabajador y segundo el bien de los clientes, en cuanto a suministros, precios, calidades, etc, y el tercero el de los socios y accionistas de la empresa. En la práctica el orden de las preocupaciones que hemos señalado se invierte, y generalmente la preocupación mayor se vuelca hacia los accionistas, en la búsqueda del voto de éstos que les permita seguir gozando de los privilegios que le otorga su condición de directores.
Descargar en un gerente toda la gestión de personal y de clientes y consagrarse únicamente a las tareas de administración productiva y financiera y crediticia, es una grave falta ética de los directores.
Y tanto más cuanto en el anonimato del Directorio se ocultan muchas cosas, ya que a veces los gerentes se defienden con el Directorio y éste con los gerentes. Este proceder es francamente inmoral.
Cada cual ha de asumir la responsabilidad que le atañe, y no es lícito cargar únicamente con las ventajas de director y dejar a un lado las responsabilidades del Directorio.
La segunda obligación que tiene el Directorio es la de estudiar concienzudamente los asuntos que tiene a su cargo en la dirección de la empresa.
Los asuntos son en general muy graves: afectan, o pueden afectar, no sólo a los socios, sino también acaso a terceros o a los subordinados, y no pocas veces el pecado de omisión forma parte del comportamiento no ético de un director.
Porque el pecado de omisión consiste en la falta de cumplimiento fiel de la responsabilidad que le han delegado quienes lo votaron, y esta misión no se puede cumplir si no se estudian con diligencia y esmero los asuntos que le han sido confiados, en razón de que los mismos, por su importancia, de no ser resueltos eficazmente pueden ocasionar daños muy graves.
Sería muy justa una ley que limitara las posibilidades de ser director de varias sociedades anónimas simultáneamente, a fin de que estuvieran en condiciones de estudiar todos los asuntos detenidamente a los efectos de darle, a cada uno, la solución adecuada.
Y el pecado de omisión se junta a otro de comisión, cuando un director además de la falta de estudio de los asuntos, percibe cualquier tipo de remuneración al margen de los honorarios que le haya fijado la Asamblea. Lógicamente ha de entenderse que el voto de un Director no es la prolongación del voto del Presidente o de un gerente, sino que es una decisión propia tomada con toda responsabilidad en forma independiente y posterior al estudio de cada uno de los asuntos proceder de otra manera y votar por sugerencia o por simpatía significa una falta total de ética en tal comportamiento.
Lo mismo que el trabajador que cobra sin prestar su servicio, el director que cobra los honorarios irresponsablemente sin cumplir con las funciones que tiene asignadas, defrauda a la empresa.
También ha de entenderse que si carece de idoneidad técnica para el desempeño de sus funciones y no está en condiciones de adquirirla, debe renunciar a su cargo, para evitar males mayores que dañen no solo a la empresa sino a la comunidad toda, con su Ineficiencia. Es por eso que se deben integrar los directorios con personas competentes, y no nombrar directores por razones de amistad, por lazos familiares o de compañerismo o por razones ideológicas o de cualquier otra naturaleza. De este tema nos vamos a ocupar a continuación.

 

LA ETICA EN LAS EMPRESAS FAMILIARES

Es un tipo de empresa muy peculiar, se trata generalmente de un pionero que al expandirse la empresa que creó, y a los efectos de seguir manteniendo su control sobre ella, integró su familia a la misma con todas las virtualidades y los problemas que significa incorporar una célula básica de la sociedad, como es la familia, a la actividad económica.
En el orden ético se presentan situaciones propias, producto de que la conducción es ejercida por un clan familiar, cerrado el acceso a cualquier persona ajena al mismo.
La familia antes que nada, es el grupo que le infunde su espíritu y al desplegarse a una actividad productiva la cualifica de modo evidente.
Muchas veces se origina un problema en los integrantes de la empresa que ven sus posibilidades de promoción por el “techo” que supone el no pertenecer al clan familiar, ya que los integrantes de la familia no se resignan a abandonar los puestos directivos forzando situaciones incorrectas e improductivas.
 Además, crea el problema de las “lealtades” no a la empresa, sino a los integrantes de la familia, con las consiguientes intrigas que lo único que logran en un verdadero derroche de energía. Donde se pone el acento en “quedar bien con fulano” que en hacer una tarea verdaderamente eficaz, originando inseguridades, infidelidades, falta de seguridad y de rendimiento.
También existen problemas dentro del mismo cuerpo directivo familiar, cuando aparecen integrantes de nuevas generaciones que dotados de competencia profesional, pretenden ocupar los puestos más importantes, cosa que es resistida tenazmente por quienes lo detentan. Otras veces estos elementos desplazados se dedican a actividades improductivas como: gestiones, relaciones públicas, etc., rodeándolas de dificultades inferiores a las reales, originando hipertrofias administrativas, al desprestigiar a personas valiosas que podrían ser competitivas para su puesto e impiden la única solución apta: el nombramiento de directivos capaces.
La solución a estos problemas podría ser que la familia renunciase a la dirección y se nombrara un director profesional, Asignando una renta a cada uno de los elementos que integran la familia.
Como elemento positivo la empresa familiar hace crecer la unión y la inteligencia por la actividad común, por el acuerdo y por la estima.
Considerada política y socialmente, la empresa familiar se deberá encuadrar dentro del tipo de empresa que necesita asistencia técnica, capacitación profesional directiva, orden profesional y ser respaldada por una política económica que les permita su desarrollo y crecimiento.

 

LA ÉTICA DE LAS MULTINACIONALES

  Una multinacional es un conjunto de empresas que funcionan al mismo tiempo en varios países, y por lo tanto bajo distintas leyes y jurisdicciones nacionales, pero unidas por un lazo de control vertical entre la sociedad matriz y sus filiales, que se expresan por lo general a través del capital accionario.
Es una empresa que descentraliza en forma internacional gran parte de su actividad, tanto en lo que se refiere a los países en que opera como al tipo de actividades que encara; de ésta suele depender la estabilidad y el crecimiento de toda la empresa y actúan con base de una estrategia global considerando al mundo como un solo mercado.
La estructura de estas empresas en el mundo es regulada por un grupo de firmas, que se reparten el poder de modificarlas, fijar los precios y determinar las ganancias.
Este proceso de integración se logra a través de varios mecanismos, como puede ser: la fusión, absorción de empresas ya instaladas y por la diversificación de la actividad de las empresas más grandes, cuyo principal objetivo parece ser la dispersión del factor riesgo.

 

 Elementos positivos y negativos de las multinacionales

 

 Factores positivos:

- Crean producción y empleos nuevos, traen capitales que antes no existían, tecnología y capacitación profesional.

-  La nueva producción es un elemento básico de la política de sustitución de importaciones y crea posibilidades de exportaciones no tradicionales con alto valor agregado, lo que mejora sensiblemente la balanza de pagos.

-  Desarrollan investigaciones y productos de alta tecnología que los países no estarían en condiciones de encarar.

-  Proveen una fuente suplementaria de capital al facilitar a los países obtener créditos internacionales, al que no podrían acceder las empresas locales.

-  La competitividad de su presencia estimula a la industria local a mejorar los métodos de producción, la calidad de los productos y la eficiencia administrativa.

-  Proveen de una importante fuente de ingreso al capital social nacional, mediante el pago de impuestos y contribuciones.

-  Es la mejor barrera contra el proteccionismo y su presencia es elemento decisivo para la apertura de la economía y la inserción en los mercados internacionales.

  

Factores negativos:

- Estimula mayores expectativas de consumo, que los países la mayoría de las veces no pueden afrontar (televisores, computadoras, etc.)

- Constituyen un fuerte drenaje de divisas a través de la remisión a sus sedes de utilidades, royalties, etc., que superan rápidamente las inversiones iniciales y las reinversiones posteriores.

- La tecnología que traen muchas veces inadecuada por su sofisticación a las exigencias del mercado local, son causa de inhibición para el desarrollo de una tecnología local más adecuada a las necesidades del país.

- Impiden el acceso de la industria nacional a los mercados internacionales de crédito por ser dominados por ellos y, en el orden local, su requisitoria de préstamos en el mercado local agota las posibilidades de las empresas nacionales.

- Son una amenaza constante hacia la Pyme, ya que por su poderío económico en competencia desleal fuerzan a estos empresarios a vender sus empresas.

- Dificultan la real dimensión de sus ganancias al ocultarlas tras las transferencias entre las distintas filiales, perjudicando de esa manera al físico y, por ende, al erario nacional.

- Las restricciones por la protección de los mercados, cierran las posibilidades de exportación a las industrias locales.

                                                                                                      

  Es evidente que todos estos comportamientos que son atentados contra el bien común, no son sino provocadores de injusticias sociales que pueden determinar una explosión social, que sin juzgar intenciones no sabemos si aquí no hay oculto un objetivo, que responde a una determinada ideología y su intención de imponerla universalmente a través de la actividad empresarial.

 

EL SUPERCAPITALISMO

La base del supercapitalismo la determina primordialmente la gran concentración de capitales.
El mal de esta concentración no está tanto en la agrupación de capitales, cuanto en la concentración de la gestión. De tal modo que se da el caso de que muchos capitalistas por tener sus inversiones diseminadas en múltiples empresas y no tener predominio en ninguna de ellas, no puede gozar de la fruición del mando. En cambio, alguien Con poco capital pero con competencia de la gestión empresarial, accediendo a un Directorio si puede deleitarse mandando.
  Estas concentraciones de capitales, conducen a las uniones correctas e incorrectas de sociedades permitidas por el régimen de las sociedades anónimas bajo el cual se organizan en su mayoría. Así aparecen los trust, los holdings, los cartells, las integraciones verticales y horizontales, etc., originando concentraciones de poder que en la mayoría de los casos son atentatorias contra el bien común.
 La colectivización tecnocrática que pueden originar, y de hecho han originado, la transferencia de los medios de producción a organizaciones anónimas colectivas, el repetido hecho de la separación de la propiedad, poder y responsabilidad, la esfumación de la propiedad en su concepción ética, unido a las distorsiones inflacionarias y bolsísticas originadas por las concentraciones mencionadas, la evasión fiscal y, finalmente, la proletarización a que todo esto da lugar, afectan la obtención de los fines permanentes que debe lograr la sociedad.
Toda concentración económica tiene a menudo sus ventajas y unida a estas, lógicamente, sus desventajas. Lo que encierra sobre todo son enormes peligros en cuanto a su accionar ético.

 

  VENTAJAS:

- La mayor facilidad que estas concentraciones brindan para adecuar la producción al consumo.

- La facilidad para las relaciones entre industrias análogas.

- El intercambio de patentes y desarrollo tecnológico

-  Reducción de gastos en la búsqueda de nuevos mercados

-  Mejoras de las relaciones con los productores de materias primas.

-  Posibilidades de evitar concurrencias desleales.

 

DESVENTAJAS:

- Aumento desmedido del poder personal

Aumento de ese poder personal no sólo en el campo de los negocios sino también en el campo de la política

Extensión del poder al área internacional

 

CONCLUSIÓN

  La radiografía más descarnada de la sociedad actual nos muestra que el elemento más negativo es el empobrecimiento de los valores. Por ello hay que volver a restituir o, mejor dicho, a enriquecer a la sociedad con elementos como: concepción moral del hombre, de las estructuras económicas y de la realidad socio-económica, formando una conciencia que dignifique la actividad empresarial.
  La empresa debe ser una realización humana, una comunidad de personas, construida a la medida del hombre y para servicio del hombre.

 

Si tenes dudas escribime a: mariteibarra@hotmail.com